En los ecosistemas
Los ecosistemas constituyen la plataforma base del desarrollo humano y la economía
sustentable. Ellos proveen los recursos naturales, es decir materiales y servicios de donde
se puede construir toda una civilización: 21
• Proveen alimentos, fibras, protección, medicinas y energía.
• Procesan y almacenan el carbono y los nutrientes.
• Absorben y asimilan los deshechos.
• Purifican el agua, regulan las escorrentías y atenúan las inundaciones.
• Construyen suelos fértiles y reducen la degradación de éstos.
• Proveen oportunidades para recreación y turismo.
• Conservan la reserva completa del material genético y de la diversidad de
especies del planeta.
• Entregan identidad a los pueblos, otorgando elementos culturales, religiosos y
estéticos, de intrínseco valor humano.
Los cambios climáticos tienen el potencial de afectar la localización geográfica de los
ecosistemas, la mezcla y proporciones de las especies que los habitan, alterando así el
equilibrio dinámico de éstos y su habilidad de otorgar beneficios a las sociedades
humanas. Aunque los ecosistemas experimentan un proceso permanente de equilibrio
dinámico, es decir, un constante proceso de adaptación, los cambios climáticos de origen
antropogénico son muy rápidos comparados a la capacidad de adaptación de los
ecosistemas y al tiempo que demoran en recuperarse.
El cambio climático afectará la flora y fauna de los ecosistemas.
Algunas consecuencias de estos cambios se manifestarán en la composición de las
especies de bosques, que van a sufrir cambios, y en algunas regiones los bosques podrían
desaparecer por completo. La vegetación se vería afectada no sólo por el aumento en la
temperatura, sino por las variaciones del régimen de lluvias que traen consigo los
cambios climáticos.
Muchas especies de animales se verían obligadas a emigrar, otras podrían desaparecer del
hábitat local. Aunque la mayoría de los ecosistemas podrán ser afectados de una u otra
manera, los ecosistemas más vulnerables serán los bosques, lagos, humedales, sistemas
de montañas, sistemas costeros y arrecifes de coral.
sustentable. Ellos proveen los recursos naturales, es decir materiales y servicios de donde
se puede construir toda una civilización: 21
• Proveen alimentos, fibras, protección, medicinas y energía.
• Procesan y almacenan el carbono y los nutrientes.
• Absorben y asimilan los deshechos.
• Purifican el agua, regulan las escorrentías y atenúan las inundaciones.
• Construyen suelos fértiles y reducen la degradación de éstos.
• Proveen oportunidades para recreación y turismo.
• Conservan la reserva completa del material genético y de la diversidad de
especies del planeta.
• Entregan identidad a los pueblos, otorgando elementos culturales, religiosos y
estéticos, de intrínseco valor humano.
Los cambios climáticos tienen el potencial de afectar la localización geográfica de los
ecosistemas, la mezcla y proporciones de las especies que los habitan, alterando así el
equilibrio dinámico de éstos y su habilidad de otorgar beneficios a las sociedades
humanas. Aunque los ecosistemas experimentan un proceso permanente de equilibrio
dinámico, es decir, un constante proceso de adaptación, los cambios climáticos de origen
antropogénico son muy rápidos comparados a la capacidad de adaptación de los
ecosistemas y al tiempo que demoran en recuperarse.
El cambio climático afectará la flora y fauna de los ecosistemas.
Algunas consecuencias de estos cambios se manifestarán en la composición de las
especies de bosques, que van a sufrir cambios, y en algunas regiones los bosques podrían
desaparecer por completo. La vegetación se vería afectada no sólo por el aumento en la
temperatura, sino por las variaciones del régimen de lluvias que traen consigo los
cambios climáticos.
Muchas especies de animales se verían obligadas a emigrar, otras podrían desaparecer del
hábitat local. Aunque la mayoría de los ecosistemas podrán ser afectados de una u otra
manera, los ecosistemas más vulnerables serán los bosques, lagos, humedales, sistemas
de montañas, sistemas costeros y arrecifes de coral.
En la hidrología y los recursos hídricos.
En la actualidad, el planeta produce alimentos para casi siete mil millones de habitantes.
Esta producción depende fundamentalmente de la disponibilidad de aguas de regadío.
Desde comienzos de la revolución industrial, las demandas de agua fresca han ido en
aumento en forma acelerada. La agricultura industrial es la que utiliza mayores
cantidades de este recurso. Por otro lado, la masiva extracción de recursos naturales y los
afluentes líquidos que salen del producto de los deshechos urbanos o industriales, han ido
produciendo una contaminación de ríos y lagos que no tiene precedentes en la historia.
Por esto, la disponibilidad de aguas descontaminadas disponibles para el uso humano ha
disminuido, por lo que existe gran preocupación sobre una llamada “crisis global del
agua”.
Este problema se agrava al existir hoy en el mundo, más de 1.500 millones de personas
que no tienen acceso a fuentes sanas de agua fresca, y 2,200 millones de personas no
tienen acceso a sistemas sanitarios adecuados.
En algunas regiones, los cambios climáticos podrían producir una considerable
disminución de los índices de lluvias, especialmente en las regiones áridas y semiáridas
del planeta. Por ello, muchos países en desarrollo se verían afectados al estar localizados
en estas zonas. Por otra parte, estos países no cuentan con recursos para generar mayores
inversiones en irrigación e ingeniería de acueductos que podrían mitigar estos impactos.
A su vez, en regiones húmedas y temperadas se puede esperar un aumento de las
inundaciones. Como consecuencia de estos impactos, es previsible esperar que se
produzcan emigraciones humanas masivas desde estas zonas a otras más favorecidas.
Esta producción depende fundamentalmente de la disponibilidad de aguas de regadío.
Desde comienzos de la revolución industrial, las demandas de agua fresca han ido en
aumento en forma acelerada. La agricultura industrial es la que utiliza mayores
cantidades de este recurso. Por otro lado, la masiva extracción de recursos naturales y los
afluentes líquidos que salen del producto de los deshechos urbanos o industriales, han ido
produciendo una contaminación de ríos y lagos que no tiene precedentes en la historia.
Por esto, la disponibilidad de aguas descontaminadas disponibles para el uso humano ha
disminuido, por lo que existe gran preocupación sobre una llamada “crisis global del
agua”.
Este problema se agrava al existir hoy en el mundo, más de 1.500 millones de personas
que no tienen acceso a fuentes sanas de agua fresca, y 2,200 millones de personas no
tienen acceso a sistemas sanitarios adecuados.
En algunas regiones, los cambios climáticos podrían producir una considerable
disminución de los índices de lluvias, especialmente en las regiones áridas y semiáridas
del planeta. Por ello, muchos países en desarrollo se verían afectados al estar localizados
en estas zonas. Por otra parte, estos países no cuentan con recursos para generar mayores
inversiones en irrigación e ingeniería de acueductos que podrían mitigar estos impactos.
A su vez, en regiones húmedas y temperadas se puede esperar un aumento de las
inundaciones. Como consecuencia de estos impactos, es previsible esperar que se
produzcan emigraciones humanas masivas desde estas zonas a otras más favorecidas.
En la producción de alimentos y de fibras
En la actualidad, se estima que existe del orden de 900 millones de personas que están
mal nutridas, a pesar de que en los últimos 30 años se ha duplicado la producción de
alimentos en el mundo debido a la expansión de las tierras de cultivo, nuevos sistemas de
irrigación, utilización de grandes cantidades de fertilizantes químicos y la introducción de
nuevas variedades genéticas. El sistema mecanizado actual de la producción agrícola,
tanto de alimentos como campos de algodón, impulsado casi exclusivamente por
derivados del petróleo, hace pensar que un nuevo esfuerzo para aumentar la producción
de alimentos y fibras va a incrementar aún más la emisión de gases responsables del
efecto invernadero.
Por tanto, los cambios climáticos afectarán la agricultura, al alterarse los promedios de la
temperatura ambiental, los regímenes de lluvias, la duración de las estaciones y las fechas
de eventos de campo como siembras y cosechas. El calentamiento global va a traer
consigo una tendencia al desplazamiento de áreas agrícolas hacia los polos, alejándose de
las zonas tropicales donde se detectan los mayores problemas relacionados con
desnutrición. Las granjas de subsistencia y las aldeas pastorales de zonas áridas y
subtropicales van a sentir el impacto.
Los recursos del mar y las zonas pesqueras son muy sensibles a los cambios de clima.
Cualquier mínima diferencia en la temperatura del mar produce alteraciones en las
corrientes marinas, migraciones de peces y cambios en la composición de las especies.
Por tanto, la producción pesquera mundial enfrentará serios problemas al alterarse la
disponibilidad de recursos marinos. Todos estos cambios se complicarán ya que en la
actualidad las especies marinas han sido indiscriminadamente sobre-explotados, sus áreas
de reproducción han sido invadidas y han estado expuestas a una extensiva
contaminación en las zonas costeras, con afluentes que vienen del interior de los
continentes.
mal nutridas, a pesar de que en los últimos 30 años se ha duplicado la producción de
alimentos en el mundo debido a la expansión de las tierras de cultivo, nuevos sistemas de
irrigación, utilización de grandes cantidades de fertilizantes químicos y la introducción de
nuevas variedades genéticas. El sistema mecanizado actual de la producción agrícola,
tanto de alimentos como campos de algodón, impulsado casi exclusivamente por
derivados del petróleo, hace pensar que un nuevo esfuerzo para aumentar la producción
de alimentos y fibras va a incrementar aún más la emisión de gases responsables del
efecto invernadero.
Por tanto, los cambios climáticos afectarán la agricultura, al alterarse los promedios de la
temperatura ambiental, los regímenes de lluvias, la duración de las estaciones y las fechas
de eventos de campo como siembras y cosechas. El calentamiento global va a traer
consigo una tendencia al desplazamiento de áreas agrícolas hacia los polos, alejándose de
las zonas tropicales donde se detectan los mayores problemas relacionados con
desnutrición. Las granjas de subsistencia y las aldeas pastorales de zonas áridas y
subtropicales van a sentir el impacto.
Los recursos del mar y las zonas pesqueras son muy sensibles a los cambios de clima.
Cualquier mínima diferencia en la temperatura del mar produce alteraciones en las
corrientes marinas, migraciones de peces y cambios en la composición de las especies.
Por tanto, la producción pesquera mundial enfrentará serios problemas al alterarse la
disponibilidad de recursos marinos. Todos estos cambios se complicarán ya que en la
actualidad las especies marinas han sido indiscriminadamente sobre-explotados, sus áreas
de reproducción han sido invadidas y han estado expuestas a una extensiva
contaminación en las zonas costeras, con afluentes que vienen del interior de los
continentes.
En los sistemas costeros
Las zonas costeras se caracterizan por tener una rica diversidad de ecosistemas y un gran
número de actividades socioeconómicas. Se estima que cerca de la mitad de la población
mundial vive en las zonas costeras. En muchos de estos asentamientos humanos ya se ha
experimentado un índice de crecimiento demográfico dos veces mayor que el índice
promedio global.
Actualmente muchos países se enfrentan a problemas en sus zonas costeras debido a las
subidas del nivel del mar. Este fenómeno es lento y constante, producto de movimientos
epirogénicos, que resultan del constante ajuste de las placas tectónicas en la corteza
terrestre. En algunos casos como Venecia, el hundimiento de los terrenos y edificios ha
tenido un origen antropogénico, que contribuye aún más a exponer las urbes costeras a
inundaciones desde el mar.
Los cambios climáticos van a exacerbar estos problemas, alterando los ecosistemas
costeros y amenazando las infraestructuras urbanas costeras. El incremento del nivel del
mar pone en riesgo una gran cantidad de población que vive en las zonas costeras. En
Bangla Desh por ejemplo, un país con un gran porcentaje de su territorio a nivel del mar,
decenas de millones de personas van a ser desplazadas si los niveles del mar llegan a elevarse sólo 1 metro.
número de actividades socioeconómicas. Se estima que cerca de la mitad de la población
mundial vive en las zonas costeras. En muchos de estos asentamientos humanos ya se ha
experimentado un índice de crecimiento demográfico dos veces mayor que el índice
promedio global.
Actualmente muchos países se enfrentan a problemas en sus zonas costeras debido a las
subidas del nivel del mar. Este fenómeno es lento y constante, producto de movimientos
epirogénicos, que resultan del constante ajuste de las placas tectónicas en la corteza
terrestre. En algunos casos como Venecia, el hundimiento de los terrenos y edificios ha
tenido un origen antropogénico, que contribuye aún más a exponer las urbes costeras a
inundaciones desde el mar.
Los cambios climáticos van a exacerbar estos problemas, alterando los ecosistemas
costeros y amenazando las infraestructuras urbanas costeras. El incremento del nivel del
mar pone en riesgo una gran cantidad de población que vive en las zonas costeras. En
Bangla Desh por ejemplo, un país con un gran porcentaje de su territorio a nivel del mar,
decenas de millones de personas van a ser desplazadas si los niveles del mar llegan a elevarse sólo 1 metro.